lunes, 6 de septiembre de 2010

Américo Vespucio, el hombre que dio su nombre a un continente

Hijo de un notario miembro de la nobleza mediana florentina, su familia se encontraba integrada en la red clientelar de Lorenzo de Médici el Magnífico, quién ejercía el mando en Florencia sin ocupar ningún cargo.

A partir de 1480 la familia perdió el amparo de El Magnífico y Américo tuvo que ganarse la vida mediante ocupaciones a veces poco respetables, principalmente agente de compras especializado en perlas y otras joyas. En 1491 buscó su fortuna, como muchos otros jóvenes de su patria, en España trasladándose a Sevilla, allí trabajó con un de los principales armadores de Colón, Giannotto Berardi. En 1499 cuando los RRCC eliminaron el monopolio de la navegación atlántica concedida a Colón, Vespucio fue uno de los primeros que se aprovecharon.

Se unió a la expedición de Alonso de Ojeda, recaló en las pesquerías de perlas de la isla Margarita, descubiertas por Colón el año anterior. Redactó una crónica del viaje poco fehaciente; se retrató como uno de los capitanes de la expedición. Insistió también en su competencia en materia de navegación científica, con el uso del cuadrante y astrolabio, y decía que los pilotos profesionales confiaban en su mayor conocimiento. Vespucio, al igual que Colón, creía que el planeta era más pequeño de lo que es, y que las riquezas de Asia se hallaban a poca distancia de sus descubrimientos.

Hacia fines de 1501 se trasladó a Portugal, En 1502 desempeñó un cierto papel en la exploración de unos 4.000 kms de la costa del actual Brasil y en su propia relación aseguró haber navegado hasta los 50º de latitud sur. No consta prueba alguna de tal hazaña.

Por razones desconocidas rompió con los portugueses y volvió a España, donde solicitó sin éxito permiso para realizar más viajes. Se sabe que pasaba mucho tiempo con Colón en su casa, y que se ganaba la vida arreglando abastecimientos para las flotas de Indias. En 1503 se editó su obra de mayor divulgación, Mundus Novus, un breve resumen de sus viajes, pero no aportó ninguna novedad importante, si bien su latín apacible y sus detalles sobre el uso de cuadrante y astrolabio llamó la atención de los cosmógrafos que lo leyeron. En 1505 llegó a manos de Martín Waldseemüller y Mathias Ringmann en Saint-Dié (Lorena), donde un grupo de humanistas estaban trabajando en una nueva edición de la Geografía de Ptolomeo.

Sin más reflexión, aclamaron a Vespucio como el nuevo Ptolomeo y en 1507, en la introducción a su edición, en el espléndido mapa impreso que la acompañó, propusieron el nombre de “América” para aquel nuevo continente. En la edición de 1513 Waldseemüller retiró la propuesta y reconoció la preeminencia de Colón pero el nuevo nombre ya se había establecido entre los especialistas en geografía.

En marzo de 1508, tras una larga campaña de solicitudes, el rey otorgó a Vespucio el cargo de piloto mayor, con un salario elevado y la responsabilidad de recopilar datos sobre la carrera de Indias y de enseñar técnicas avanzadas a los pilotos. No constan pruebas de que cumpliera con ninguna de estas tareas, pero siguió cobrando el salario hasta su muerte en 1512.

Post Scriptum: Siempre ha habido quién tiene una flor en el culo, y algunos tienen un jardín.

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