viernes, 23 de octubre de 2009

Inicio del calendario en Egipto

Tenemos un gran conocimiento del Egipto predinástico gracias a los Textos de las Pirámides, pero eso merece otra entrada.

Las deidades locales son el centro de la vida comunal. Cada nomo rinde culto a una dedidad diferente, siempre identificada con un animal. Poco a poco, por anexión, los nomos del Delta se unifican, más tarde el alto Egipto y por último Nubia. Al final nos encontramos con un reino y con un faraón.

La crecida del Nilo hace patente la necesidad de una forma de contar los días, cómo hacer diques de irrigación; saber las medidas de los campos e, importantísimo, cuantos impuestos generan los excedentes.

Los excedentes agrícolas permiten el rápido desarrollo de una civilización agrícola a una urbana, especialmente en el Delta y más tarde en el Alto Egpito. Surgieron grandes ciudades, se produjo la división del trabajo y apareció la estratificiación social; fue en estas ciudades donde se inventó la escritura con un claro componente económico.

El calendario de 365 es probablemente un invento predinástico del Delta. Sin embargo, nunca llegaron a añadir el año bisiesto, con lo que su año oficial se separaba un día cada cuatro años del año astronómico. Los antiguos egipcios se dieron cuenta que las estaciones iban cambiando de fecha según pasaban los años. Pero también se dieron cuenta que lo hacía cíclicamente, en un periodo de 1.460 años, el llamado ciclo sotaico.

Los egiptólogos han encontrado rastros de este conocimiento por todos los documentos rescatados de la arena, lo que ha permitido comparar las fechas egipcias con el año astronómico y se ha podido fechar el invento del calendario en la época predinástica en el año 4260 a.C

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